Sin huella alguna

Existen personajes cuyo destino se desconoce y cuya desaparición ha sido objeto de numerosas hipótesis. Los siguientes son algunos de los casos más polémicos o extraños que se espera algún día puedan ser resueltos por investigadores o por aficionados a los misterios.

Príncipes en la torre

Los príncipes Eduardo de 12 años y Ricardo de 9, ambos hijos del rey Eduardo IV de Inglaterra, fueron declarados en 1483, por el Parlamento inglés, hijos ilegítimos, de esta manera el hermano mayor no podría acceder al trono. Además fueron encerrados en la Torre de Londres, donde jamás se les volvió a ver. Aunque los rumores decían que su tío, Ricardo III, había ordenado asesinarlos, lo cierto es que sus cuerpos nunca fueron recuperados. Es uno de los más grandes misterios de la historia inglesa, y aunque en el 2007 fueron hallados en la Abadía de Westminster los esqueletos de dos infantes, no se ha podido corroborar su identidad

Águila que cayó

Según las crónicas de Bernal Díaz del Castillo y Hernan Cortés, el último emperador mexica y su corte eran llevados como prisioneros cuando se corrió el rumor de un intento de rescate para iniciar un nuevo levantamiento armado. Para evitarlo Cuauhtémoc fue ejecutado mediante ahorcamiento en un lugar denominado Huey Mollan o Acallan Tixchel, en el sur de Campeche, en la confluencia y desembocadura de los ríos de la laguna de Términos, el martes 28 de febrero de 1525. Su cuerpo nunca fue localizado, sin embargo la controversia surgió cuando en 1949 en Ixcateopan, una población de la sierra norte de Guerrero, se anunció que en la iglesia local yacían los verdaderos restos del soberano indígena, los cuales habrían llegado en 1529. Aunque en 1976 una comisión determinó que no existían bases para afirmarlo -se comprobó que se trataba de los restos de ocho individuos distintos, y que el cráneo era del sexo femenino-, algunos medios de comunicación lo dieron por un hecho, desde entonces la población cambió su nombre por el de Ixcateopan de Cuauhtémoc.

Los restos del mal

Tras suicidarse, el 30 de abril de 1945, los restos de Adolf Hitler, líder del III Reich, fueron cremados y escondidos siguiendo sus órdenes póstumas. No lograron consumirse por completo y a las pocas horas fueron encontrados por miembros del servicio de inteligencia de la Unión Soviética. Una versión establece que para evitar que el sitio del entierro fuera objeto de visitas multitudinarias, se dispuso que cambiaran constantemente de ubicación. Vladimir Gumenyuk, oficial de la KGB en la década de 1970, asegura ser la última persona que tuvo en su poder los restos calcinados, pero también fue el encargado de deshacerse de ellos. Según afirma recibió órdenes para desaparecerlos, por lo que volvió a incinerarlos y las cenizas remanentes las arrojó a las aguas del río Ehle, en los alrededores de la localidad de Biederitz, el noreste de Alemania, que en aquella época era Alemania Oriental.

Chica solitaria

Amelia Earhart fue una aviadora intrépida con numerosas marcas y reconocimientos, hasta que desapareció en las inmediaciones del océano Pacífico en 1937 mientras intentaba dar la vuelta al mundo. Despegó de la pista Lae, en Papua Nueva Guinea, el 2 de julio de aquel año, y la última transmisión que hizo la ubicaba a 30 kilómetros de las islas Nikumaroro (hoy conocidas como Kiribati). Desde entonces varias expediciones han intentado dar con sus restos o los de su nave. En 2012, una búsqueda financiada por el International Group for Historic Aircraft Recovery aseguró que en un arrecife de coral en los alrededores del archipiélago habría encontrado fragmentos de metal que podría ser los de su avión.

La cabeza del santo

Tomás Moro fue ejecutado por órdenes del rey Enrique VIII al negarse a reconocerlo como cabeza de la Iglesia y oponerse a su matrimonio con Ana Bolena. Fue decapitado el 6 de julio de 1535 -eventualmente sería canonizado- y su cabeza expuesta en el Puente de Londres durante un mes, hasta que, de acuerdo con la leyenda, su hija Margaret Roper consiguió obtenerla y la guardó en una 'caja de plomo'. Nada se supo de su destino, hasta que a mediados de la década de 1980 fue abierta la cripta de la familia Roper en la iglesia de St. Dunstan en Canterbury, y en un resquicio secreto se encontró un cráneo que se presume pudo pertenecer al canciller de Inglaterra.

El adiós del ministro

Harold Holt, de 58 años, era Primer Ministro en funciones de Australia cuando desapareció mientras nadaba frente a la playa Cheviot, cerca de Portsea, estado de Victoria, el 17 de diciembre de 1967 -el único caso en su tipo que se tiene registrado para un gobernante-. Aunque se llevó a cabo una de las misiones de búsqueda más intensas en la historia de aquel país, nunca más se supo de él, lo que dio pie a numerosas teorías de conspiración, incluyendo el que fingiera desaparecer para tener una nueva vida.

Aventurero en peligro

Ronald Amundsen, el explorador noruego que lideró la expedición para descubrir el Polo Norte en 1911 y conquisto el Polo Sur en 1926, terminó sus días en junio de 1928 mientras volaba sobre el Mar de Barents a bordo de un hidroplano en una misión de rescate en el Polo Norte junto con otros cinco hombres. En 2004 y 2009 la Real Armada noruega llevó a cabo expediciones infructuosas con submarinos para tratar de localizar los restos de la tripulación o la aeronave.

El final del principito

Antoine de Saint-Exupéry, escritor y aviador francés famoso por su novela El principito, desapareció en pleno vuelo mientras realizaba una misión de reconocimiento en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Sobrevolaba el valle de Rhone, territorio de Francia ocupado por el ejercito nazi, con el propósito de recabar información para los aliados. En 1998 un pescador encontró un brazalete con su identificación, y parte del fuselaje de su avión, un Lockheed P-38, fue descubierta en las costas de Marsella en el año 2000 y recuperada en 2003.

Bueno, espero les haya gustado este pequeño artículo y nos leemos en otro post :)